2.3 FAMILIA: CONTRATO



La elaboración de este contrato surge como una necesidad planteada por la familia durante una tutoría. El alumno no es nada autónomo en su aseo, hay que estar insistiendo constantemente para que realice tareas que podría realizar él solo: lavarse los dientes, vestirse, calentarse la leche en el desayuno...

Tras hablar con los padres de la idea de hacer un contrato, se llama al alumno y entre los 4 se elige una conducta que le cuesta esfuerzo realizar, la recompensa, y se plasma en el contrato que aparece a continuación:

CONTRATO FAMILIA


Como esta conducta se debe modificar en el hogar, el registro del contrato lo están llevando a cabo los padres en casa, pero cada mañana apuntan en la agenda de comunicación si lo ha conseguido o no (para reforzarle socialmente si lo ha hecho)

Los resultados en las primeras semanas de aplicación están siendo positivos, el alumno se encuentra muy motivado ya que todas las mañanas recuerda en clase que se ha vestido solo y el llegar a conseguir la gratificación de la cena del domingo (hamburguesa) le anima a continuar esforzándose.

El contrato tiene dos filas vacías con la idea de que los padres puedan añadir más adelante otras conductas que le cuesta esfuerzo a su hijo y que así el documento pueda evolucionar al mismo ritmo que progresa Javi. No en vano, la clave del éxito de este tipo de contratos radica en que tanto el alumno con TEA como su familia se impliquen a la hora de elaborar y ejecutar el contrato establecido.







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